Los vehículos del futuro ya están aquí y no se trata solo de máquinas más eficientes en términos de consumo, sino de coches capaces de desplazarse por sí mismos. El coche autónomo y el futuro del renting para empresas están conectados, representando un nuevo paradigma en la forma en que entendemos el transporte.
El modelo tradicional de posesión de un coche está cada vez más cuestionado porque las nuevas generaciones buscan soluciones más flexibles y acordes con una mentalidad de usar las cosas según su conveniencia.
Los coches autónomos, con su promesa de desplazamiento, encajan perfectamente con el modelo de renting, dando lugar a oportunidades comerciales y modelos de negocio que en gran medida aún se encuentran sin explorar.
Está claro que esta nueva innovación tecnológica es mucho más compleja que los propios vehículos que se desplazan sin intervención humana. Las preguntas sobre las posibles regulaciones, la seguridad, su infraestructura y el impacto económico están todavía en el aire.
En este artículo, analizaremos cómo se están adaptando las empresas ante esta no tan lejana realidad, qué oportunidades se presentan y cómo el consumidor se encuentra en el centro de toda esta transformación. También, responderemos las preguntas más frecuentes que los usuarios tienen sobre este tema.
¿Cuándo llegará el coche autónomo?
La realidad es que los coches autónomos forman parte de una serie de sistemas de inteligencia artificial, sensores, cámaras y software avanzado que deben trabajar en conjunto para garantizar que se produzcan desplazamientos seguros.
Se trata de un conjunto de tecnologías que debe aprender constantemente del entorno, reconociendo las señales de tráfico y los comportamientos impredecibles de los peatones.
No obstante, más allá del aspecto tecnológico, hay otros factores que determinarán cuando se producirá la llegada a gran escala de los coches autónomos.
- La normativa legal. Aunque ya hay pruebas y despliegues parciales de vehículos autónomos en distintas ciudades del mundo, aún se requiere de un marco regulatorio estable que defina las responsabilidades en caso de incidentes, además de establecer normas de seguridad que puedan determinar cómo estos coches se integrarán al tráfico actual.
- La infraestructura vial. Las carreteras, los puentes, los túneles y las señalizaciones deben adaptarse para facilitar la circulación de estos vehículos. Una carretera en mal estado o una señalización confusa puede complicar la labor de los sensores y el funcionamiento del sistema de los coches autónomos.
- La aceptación del público. Aunque muchas personas ven con buenos ojos la posibilidad de que existan vehículos que reduzcan la posibilidad de accidentes por error humano, también existe un segmento de la población que muestra un justificado nivel de escepticismo y preocupación. La idea de ceder el control total del vehículo a una máquina puede ser inquietante para algunos y este sentimiento puede ralentizar la adopción masiva de esta tecnología.
- La adaptación empresarial. Por otra parte, no se puede olvidar que hay muchas personas cuya profesión es conducir. Si por ejemplo, los coches de renting para taxistas ya no necesitan de un conductor, habrá que ver como se deriva a estos profesionales a otras actividades laborales.
¿Cómo serán los automóviles autónomos?
Esta pregunta lleva tiempo generando expectación y una gran curiosidad en la mente de los expertos, pero también en los entusiastas del automóvil y del público en general.
Al analizar el futuro de los automóviles autónomos, nuestro enfoque debe enfocarse en descifrar las capacidades y las características que serán fundamentales en estos vehículos.
Si bien no es de esperar que tengamos coches voladores en el corto plazo, sí podemos anticipar que los automóviles autónomos ofrecerán una comodidad y seguridad sin precedentes.
Cada coche autónomo estará equipado con sistemas que les permitirán aprender y adaptarse a las diferentes situaciones de tráfico, así como a reconocer obstáculos y tomar decisiones en fracciones de segundo. Es decir, a una velocidad muy superior a la capacidad humana.
Además, es muy probable que estos vehículos estén integrados en una amplia red, permitiendo la comunicación entre automóviles y con la infraestructura de la ciudad.
De hecho, a diferencia de los vehículos tradicionales, donde el conductor debe estar atento durante el camino para conducir de forma segura, los automóviles autónomos permitirán que sus ocupantes trabajen o descansen durante el trayecto. Como es lógico, esto hará que se pretenda rediseñar el interior de los vehículos, creando espacios orientados al confort y el entretenimiento.
El futuro del renting con la llegada de los coches autónomos
La accesibilidad que ofrecerá un coche autónomo puede llevar a una mayor demanda de los servicios de renting sin entrada, ya que tanto empresarios, como particulares, o cualquier individuo que pueda necesitar un coche por un período limitado, recurrirá a esta opción por ser la más económica y la que tiene menores cargas a nivel burocrático.
Llegado el momento lo más probable es que se pueda solicitar un vehículo autónomo que llegue a una determinada ubicación y sirva como medio de transporte durante el tiempo necesario, siendo este un nivel de personalización que fácilmente podría incentivar a más personas a optar por el renting en vez de la compra.
Por otro lado, la naturaleza de los contratos de renting seguramente deberá transformarse. Con la conectividad que estos vehículos ofrecen, los contratos podrían basarse no solo en la duración del mismo, sino también en el uso real del vehículo, o las rutas tomadas. Además, los vehículos autónomos, podrían ser capaces de auto-diagnosticarse y reportar problemas antes de que se conviertan en averías.
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