Esta es la prueba del Audi A1 de 2019, se trata de la segunda generación del utilitario de Ingolstad, que hoy probamos con el motor 35 TFSI de 116 CV. El Audi A1 tiene un precio de partida de 20.725 euros, aunque la unidad probada supera los 30.000 euros.
El Audi A1 es el modelo más pequeño de la marca alemana, se ubica justo por debajo del Audi A3 y ahora estrena esta segunda generación, que sustituye al modelo que estuvo a la venta entre 2012 y 2018.
Se enmarca dentro del segmento de los utilitarios, algo que no es muy común dentro de las marcas premium, de esta manera no encuentra tantos rivales como cabría esperar. De hecho, el modelo más similar podría ser el Mini de 5 puertas ya que también tiene un enfoque ‘premium’. Esta generación del Audi A1 sólo de vende en carrocería de 5 puertas.
El Audi A1 se encuentra algo solo en el segmento de los utilitarios.
Si obviamos el concepto ‘premium’ sí encontramos otros modelos que se asemejan mucho al Audi A1, hablamos del Volkswagen Polo y el Seat Ibiza, y es que los tres modelos comparten elementos mecánicos y la plataforma MQB A0.
Dimensiones y diseño
En comparación con la anterior generación crece en dimensiones hasta los 4,03 metros de longitud y el 1,74 m de ancho. Sin embargo, es algo más bajo que el modelo saliente con 1,41 metros de altura.
El A1 crece respecto a su antecesor y se coloca como uno de los modelos más grandes del segmento.
Este incremento permite mejorar el espacio interior y la capacidad del maletero, que ahora es de 335 litros, 60 litros más que la anterior generación. En comparación con sus rivales es algo más pequeño ya que tanto el Polo como el Ibiza se quedan cerca de los 350 litros.
El diseño es uno de los factores diferenciadores cuando hablamos de marcas ‘Premium’ y hay que reconocer que este Audi A1 tiene una atención por los detalles estéticos a la altura de lo que se espera de un modelo como este.
Los elementos en negro del frontal contrastan con el color de la carrocería.
En comparación con el anterior modelo las líneas son ahora más angulosas, dejando a un lado la forma redondeada de la primera generación.
Nos llama la atención la anchura del pilar C, que confiere fuerza a todo el conjunto. A esto también ayudan las marcadas líneas de hombros y cintura que se aprecian en el lateral.
Las llantas blancas de 17″ forman parte del acabado ‘epic edition’.
Nuestra unidad cuenta con el acabado ‘epic edition’ limitado a unas unidades durante el lanzamiento. El toque más destacado son las llantas de 17” blancas que se asimilan bastante a las de un coche de rally. Otros detalles estéticos destacados son el techo en color negro, así como la denominación del modelo y la insignia de la marca.
Interior
El habitáculo es otro de los puntos en los que un vehículo ‘premium’ se desmarca de los fabricantes generalistas. Este Audi A1 presenta un interior cuidado y con calidades correctas. Nuestra unidad cuenta con paquete S Line, lo que añade al habitáculo unos asientos deportivos muy cómodos y vistosos.
El interior ganan en espacio respecto a la anterior generación.
En términos generales el espacio es correcto, siendo las plazas traseras las más justas. Aunque en la fila trasera el espacio para las piernas es correcto, al igual que la distancia al techo. Esto permite viajar con cuatro pasajeros adultos sin excesivos problemas, el quinto irá algo más incómodo por la falta de anchura y la altura del túnel de transmisión.
La carga tecnológica es una de las principales armas del Audi A1.
En lo que a tecnología se refiere encontramos un auténtico despliegue, aunque parte de él es opcional. Por ejemplo, la instrumentación digital resulta de lo más efectivo y estético, pero requiere un desembolso adicional.
Comportamiento y 35 TFSI
Las características generales del Audi A1 ya nos permiten imaginar que nos encontramos ante un coche ágil y divertido de conducir. Y lo cierto es que así es, ya que las reducidas dimensiones aportan reactividad y facilidad a la hora de ejecutar maniobras o conducir a un ritmo alegre.
Lo cierto es que la suspensión no es excesivamente dura, lo que permite cierto balanceo de la carrocería cuando elevamos el ritmo, algo que no se convierte en ningún tipo de problema ya que las reacciones del vehículo son siempre nobles y controlables.
Sus reducidas dimensiones contribuyen a tener un comportamiento ágil.
El tacto de la dirección es correcto y se adecua a la situación en función del modo elegido, ganando en la configuración ‘sport’ el peso suficiente para aportar un extra de precisión en los movimientos de volante.
El conjunto motor/cambio resulta satisfactorio, esta motorización 35 TFSI de 116 CV resulta suficiente para mover con soltura el Audi A1 y además es capaz de obtener buenas cifras de consumo que no superan en exceso los 5 litros cada 100 kilómetros recorridos.
Las plazas traseras son generosas para dos pasajeros.
Este motor de gasolina es tricilindrico, por lo que no tiene un nivel de refinamiento igual al de un tetracilindrico, de esta manera al ralentí, así como a bajas revoluciones, apreciamos ciertas vibraciones, y una cierta rumorosidad. Lo mismo sucede al arrancar, cuando percibimos un sonido algo desconcertante.
En el interior la cosa mejora, sobre todo cuando activamos el modo ‘sport’, ya que el sistema de sonido produce ruido artificial del motor y anima a hundir el acelerador y dejar subir las revoluciones, lo que produce una sensación bastante positiva en carreteras reviradas.
Panatalla de infoentretenimiento del Audi A1.
El cambio automático S Tronic de doble embrague cumple a la perfección en entornos urbanos, sin apenas tirones ni cambios de marcha inesperados, lo mismo ocurre en carretera con transiciones rápidas y suaves. En el modo manual y cuando utilizamos las agradables levas metálicas notamos un pequeño retraso al subir de marcha cuando apuramos el margen utilizable del motor.